La semana pasada la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile fue anfitriona de un Workshop Internacional sobre Nueva Enseñanza de la Economía. Destacados invitados –como Samuel Bowles y Wendy Carlin- expusieron sobre la necesidad de entender la economía como un sistema dinámico y conflictivo, para hacer frente a los desafíos que hoy tenemos como humanidad.
En la actividad se aprovechó de mostrar el reciente libro de texto introductorio a la economía titulado The Economy, proyecto a cargo de un equipo de académicos de distintas partes del mundo. Además de presentar un novedoso formato digital que considera gráficos y diagramas interactivos, breves biografías de economistas importantes, videos y la posibilidad de usar las matemáticas a elección del usuario, este libro aspira a mostrar la economía “como si las últimas tres décadas hubieran existido”.
Los libros de texto con los que se enseña economía han sido históricamente un motivo de disputa entre las distintas escuelas de pensamiento económico. La importancia radica en que estos libros moldean los cursos de economía y el contenido que se impartido en ellos. A su vez, lo que se imparte en las facultades de economía tiene repercusiones en la economía y en la sociedad a través del tipo de profesionales que salen de estas aulas. No es casualidad entonces que al alero de la Universidad de Chicago, la entonces Universidad Católica haya visto egresar toda una generación de economistas conocidos como los “Chicago Boy’s”, quiénes redefinieron por completo el sistema económico en base al neoliberalismo, paradigma económico de la desregulación y la privatización.
Es por esto que se entiende cuando el economista estadounidense Paul Samuelson, autor de uno de los libros introductorios más usados en el mundo desde hace décadas, señalaba en 1990 que “no me importa quién escriba las leyes de una nación (…) si yo puedo escribir sus textos de economía”. Y esto es más relevante aún si consideramos que cursos como la introducción a la economía no solo son impartidos en las carreras de economía, sino también en carreras de negocios, ingeniería, ciencias sociales y humanidades. Y hasta a estudiantes secundarios.
Respecto al libro introductorio a la economía recientemente publicado, y a pesar de haber sido financiado indirectamente por el especulador financiero George Soros (a través del Institute for New Economic Thinking), sin duda representa un avance para todos los que buscamos una enseñanza de la economía con perspectiva histórica y que refleje de mejor manera las complejidades de la sociedad actual.
Y representa un avance justamente por el estado actual en que se encuentra la enseñanza de la economía. Para ilustrar este punto, es bueno leer lo que el economista británico Mark Blaug decía ya en un artículo de 1997: “La economía moderna está enferma. La economía se ha convertido crecientemente en un deporte intelectual, jugado para su propio bien, y no para sus consecuencias prácticas en el entendimiento del mundo económico. Los economistas han convertido la materia económica en una suerte de matemática social en la cual el rigor analítico lo es todo y la relevancia práctica significa nada”.
¿De qué se trata la economía?
Pero, ¿por qué se dice que representa un avance? Un buen ejercicio es comparar este nuevo libro introductorio con otros libros introductorios utilizados en el pasado. Así, dos de los libros más utilizados en el mundo hispano y anglo parlante son: 1) Principios de Economía, del economista estadounidense y asesor de George Bush, Gregory Mankiw, y 2) Economía, del economista estadounidense y Premio Nobel de Economía en 1970, Paul Samuelson.
Una forma común para el análisis comparativo de textos es la técnica del Text Data Mining o “minería de textos”. Y dentro de este tipo de análisis, uno sencillo consiste en contar la frecuencia con la que se repite cada palabra dentro de un texto. De esta manera, utilizando la página web Voyant Tools se pueden hacer “nubes de etiquetas” y tablas que reflejan la frecuencia con que se repite cada palabra tanto en The Economy (CORE, 2014), como en Principios de Economía (Mankiw, 2014) y en Economía (Samuelson y Nordhaus, 2010). Lógicamente y para darle sentido al análisis, hemos suprimido palabras como “una”, “para”, “las”, “como”, etc.
En base al ejercicio de comparación de las palabras más repetidas en cada texto (Tabla 1), se pueden ver diferencias y similitudes entre este nuevo libro y los otros dos previamente utilizados. La pregunta concreta es entonces de qué trata la economía, y sobre qué cosas habla en cada uno de estos tres libros.
¿De qué trata la economía, aún?
En la Tabla 2 se muestran de forma destacadas las palabras que más se repiten dentro de los tres textos. De este modo, se puede decir que la economía sigue siendo el estudio de los precios, el mercado, las firmas, los costos, la demanda, los bienes, a través de curvas. En conclusión, este libro no presenta una revolución en la forma en cómo se entiende la economía. Sigue tratando en gran medida los mismos temas de siempre. La economía sigue siendo el estudio del mercado y de la formación de precios.
¿De qué ya no trata la economía?
La Tabla 3 destaca las palabras más repetidas en los libros que hasta ahora se han utilizado, pero que no se encuentran en tanta cantidad en el nuevo texto. De esta manera, a pesar de que la economía aún trate sobre precios y demanda, ya no trata sobre cantidades y oferta. Se podría decir que la economía ya no es solamente el análisis del equilibro entre la oferta y la demanda, donde las cantidades y los precios son las variables que se ajustan. Al contrario, ahora se trata de explicar las decisiones económicas también en base a otros conceptos fuera del análisis estándar. Ya no es tampoco acerca de tasas, interés, impuestos, gobiernos, países, crecimiento, ingreso, economía, dinero, dólares, inflación, producción y producto.
Fenómenos como la inflación y los impuestos que antes ocupaban un lugar central en las economías nacionales, hoy no son tanto un tema de debate. La inflación se ha estabilizado en la mayoría de los países en las últimas dos décadas. Los impuestos y los mecanismos de redistribución ya no son vistos como una distorsión dentro del libre mercado, concepción del neoliberalismo, pues se entiende que no existe tal cosa como el libre mercado. Se entiende que un mercado nunca es libre, y que siempre existen instituciones y “fallas” que representan más la normalidad de los mercados, que “errores”. Otra cosa es cómo aún son vistos los impuestos por los hacedores de política pública. Que gran parte de los economistas más viejos tengan una tendencia favorable a la liberalización y la privatización en desmedro de mecanismos redistributivos, no significa que las nuevas generaciones deben también tenerlo.
Por otro lado, la disciplina económica ya no trata centralmente sobre “la economía” (de un país, por ejemplo), porque se entiende que esta “economía” no ha sido siempre igual, que el sistema económico se modifica con el tiempo y que no existen leyes naturales. Por ende, un libro de texto sobre “la economía” (the economy) no necesariamente puede hablar sobre “la economía” como algo universal y perpetuo.
Otros aspectos más institucionales tampoco están presentes, como el crecimiento, los países, el capital o la producción. Quizás una versión del nuevo libro de texto que tenga en cuenta la realidad latinoamericana pueda contener algunos de estos aspectos que, por ejemplo, sí considera el texto de Samuelson.
¿Y de qué trata la “nueva economía” propuesta en este libro?
En la Tabla 4 se destacan las palabras que más se repiten en el nuevo libro del proyecto CORE, y que no están presentes con tanta frecuencias en los dos libros tradicionales. Así, la “nueva economía” que presenta este libro es además sobre tiempo, trabajo, el concepto de libre (e.g. libre mercado), es sobre gente, horas, economía (economics, es decir, la disciplina económica, no confundir con economy) y lo económico, lo nuevo y lo marginal.
Una de las cosas más importantes de este nuevo libro es la forma en que se entiende la economía. Palabras como tiempo, horas y nuevo hacen referencia a una perspectiva histórica de la disciplina. En este texto, la economía tiene historia, la sociedad y las personas tienen historia. Hay un reconocimiento de que lo que nosotros conocemos como mercado, precios, intercambio, comercio, producción de bienes, no siempre ha sido como se nos presenta hoy en día. Y por ende, no necesariamente seguirá siendo así en el futuro.
Otro aspecto relevante es que ahora la economía trata sobre gente, personas, algo extremadamente relevante si consideramos que la economía es una ciencia social y no una ciencia exacta. Otro concepto clave es el trabajo, que en los otros textos permanece en segundo plano. Es relevante por la necesidad de rescatar la centralidad del trabajo en la vida social, en reconocer que sin trabajo, no es posible subsistir como sociedad.
Finalmente, el concepto de marginal tiene que ver con una corriente teórica particular, esta es, la escuela económica marginalista. La idea central de esta escuela de pensamiento es que las personas tomamos nuestras decisiones económicas comparando “en el margen”. Por ejemplo, si yo tengo hambre puedo comprar un pan a $100. Pero una vez que lo he comido, debo tomar la decisión de si comprar o no otro pan. Probablemente pagaré menos por el segundo pan pues tendré menos hambre. Y si compro un segundo pan, después de comerlo deberé decidir si comprar o no un tercero. A esto es lo que se denomina elecciones “marginales”. Según el marginalismo, las personas siempre deciden en base al bienestar que les reporta una unidad adicional de algo, o el costo adicional que representa algo. Esta escuela de pensamiento por ende basa su análisis en lo que se conoce como “individualismo metodológico”. La teoría y el análisis económico en esta escuela parten del análisis del individuo, una persona aislada, que después interactúa con otras, para formas la sociedad.
Y este es el punto donde surge la crítica.
Finalmente, ¿de qué no trata la economía, aún?
La gran importancia dada al análisis marginalista deja de lado otras escuelas de pensamiento igualmente válidas, pero menos dominantes. No habría problema con esto si la economía fuera una ciencia donde las teorías con menor poder explicativo van dando paso a las teorías que más explican.
Pero la economía se parece poco a la física, donde esto sí ocurre, y se parece más a la psicología (por dar un ejemplo). ¿Se imaginan un manual de introducción a la psicología donde se aborden los problemas mentales solamente desde el conductismo? ¿O solamente desde el humanismo? ¿O solamente desde el psicoanálisis? Bueno, es en la práctica lo que este libro de texto y también los anteriores hacen, pero en economía. Y este aún con más fuerza si se compara con el Mankiw y el Samuelson (pues la palabramarginal no se repite tanto en los otros dos). Se le otorga un lugar privilegiado al marginalismo, como la escuela más meritoria para ser estudiada. Pero este mérito no necesariamente es correspondido.
Como también señala el economista de Cambridge, Ha-Joon Chang, la economía es siempre un argumento político. Y como tal, la predominancia de ciertas escuelas de economía en momentos determinados de la historia y en distintos contextos tiene que ver tanto con la capacidad explicativa de cada una, como con luchas políticas propias de cada época y lugar. Así, por ejemplo, el abandono en 1973 de la “teoría de la dependencia” en Chile no fue tanto por ser una mala teoría económica, sino más bien por los sucesos políticos que determinaron el exilio de los profesores de economía que propiciaban esta teoría en la Universidad de Chile y en la Universidad de Concepción. Este es solo un ejemplo, el punto es que en el campo de la economía, lo que determina que una u otra teoría predomine depende en gran parte de preferencias y luchas netamente políticas.
De esta forma, sincerar la discusión sobre la economía parece ser sano para la disciplina. La honestidad intelectual que conlleva altura de miras le hace bien a una disciplina que se dice científica. Estudiar el marginalismo, tanto como el keynesianismo, el marxismo o el monetarismo, le hace bien a la enseñanza de la economía. Contribuye a expandir el set de herramientas del que los economistas disponen para dar soluciones a los problemas de la vida real.
Finalmente, ¿qué hacer?
Todo esto lo podemos sintetizar en un llamado al pluralismo en la enseñanza de la economía, que es sobre lo que la economía aún no trata. Junto a la International Student Initiative for Pluralism in Economics, red conformada por 65 agrupaciones de estudiantes de economía de 30 países, hemos llamado al pluralismo tanto teórico (no solo marginalismo), metodológico (no todo en economía puede explicarse a través de curvas y matemáticas), como interdisciplinario (necesidad de incluir otras disciplinas en el quehacer de la economía).
Existe la necesidad, desde una enseñanza pluralista, de incorporar otras escuelas teóricas al estudio formal, más allá del enfoque marginalista presentado en este nuevo libro; de practicar el razonamiento económico y la creatividad, más allá de la formalización, las matemáticas y las curvas; de vincularse y aprender de las humanidades y otras ciencias sociales –como la antropología o la sicología- que muchas veces tienen más herramientas que la economía para explicar ciertos fenómenos (como la racionalidad limitada, el altruismo o la cooperación en ciertas sociedades, en vez de la competencia). Esto, de la misma forma en que lo señala el economista francés Thomas Piketty en su reciente libro El Capital en el Siglo XXI: “La disciplina económica debe todavía superar su pasión infantil por las matemáticas y por su generalmente altamente ideologizada especulación teórica, a expensas de la investigación histórica y la colaboración con otras ciencias sociales”.
Por último, y pesar de que aún falta bastante para que la economía sea una disciplina pluralista (y en esa dirección hay que avanzar), este nuevo libro de texto sin duda representa un avance importante respecto a lo que existe hoy en día. Una buena noticia es que pronto podremos contar con su traducción al español adaptada para América Latina, para beneficio de los futuros estudiantes de economía en Chile, y de todos los interesados en aprender en parte cómo funciona y ha funcionado el sistema económico en nuestra sociedad actual y a través de la historia.
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